Artificialmente siempre perseguimos imitar a la naturaleza. El pintor mediante un cuadro retrata un árbol en un plano unidimensional, la tecnología permitió darle profundidad, agregarle dimensiones 2, 3, pero por mayor efecto que se sume no será igual a aquel que se puede tocar con las manos, oler y escuchar el chacotear de sus hojas cuando corre una leve brisa.
Lo mismo sucede con la música que tomó vida cuando el hombre buscaba obtener con distintos objetos, los sonidos de la selva, de la jungla, o el lugar que habitaba. En un momento el sonido, acústico por naturaleza, logró transformarse en corriente eléctrica mediante avances tecnológicos, para luego ser amplificado y ser escuchado a la distancia. Al igual que la pintura primero fue unidimensional (sonido mono), bidimensional (estéreo) y finalmente el tan popular “Sorround” que intenta enviar sonidos desde distintos puntos en un ambiente para dar la sensación de sonido envolvente.
Por más que se insista y se tomé con soberbia distintas posiciones desde la ciencia y tecnología, no es probable que se iguale las características naturales del mundo, desde lo creado por el hombre y la mujer.
La realidad virtual, robots, imágenes tridimensionales y lo mas avanzado en conocimientos tecnológicos apenas sirve como forma de distracción, entretenimiento y ocio para la vida. Las ciencias médicas, desde la biología y microbiología tardarán muchos siglos más para entender el funcionamiento del cuerpo humano, otros seres vivos y distintos organismos.
Esto puede tener un final feliz cuando entremos en razón y tomemos conciencia que no podremos alcanzar la sapiencia de la naturaleza y mucho menos superarla.
Es por eso, quizá, que se hayan tomados caminos paralelos pero adversos a la vez, que crean distintas realidades.
El hombre logró distorsionar el verdadero sentido de lo natural, creando un mundo artificial para distraer a las sociedades del sentido único de la vida. Ésta mitad, el 50% inventado por la mente humana, busca plagiar lo ya inventado, lo conocido.
De la inocente ciencia y tecnología del entretenimiento, nació lo peor del colono pensamiento fundado en la ambición; La economía, como fuente agotadora de fracasos, es el principal enemigo y causa fundante de la realidad física que sufrimos en la actualidad.
Ésta pelea que tiene miles de rounds, pero que por barbarie el hombre disimula y alarga la lucha entre sus contrincantes, tendrá su fin cuando se vuelva a lo natural, a lo esencial. En el ring se verá el último round, cuando dejemos esas ambiciones, para nada naturales, que se adueñaron de la vida.
Ambición, poder, muerte, son sinónimos que convergen en el hombre mediocre y pone ante todo su desinterés en aquello que le dio vida.
Podremos algunas vez dejar de tener cotos territoriales, que diferencien mediante nombres artificiales, al “viejo continente” como la Unión Europea, al “nuevo continente” como América latina y América del Norte, y así sucesivamente con los distintas parcelas continentales que forman el mundo?
Es difícil, será muy complicado, mientras la ignorancia y la ambición y todas las miserias del hombre sigan seduciendo nuestra forma de vida.
Lo que ocurre tan solo en nuestro país con algunos arrendatarios del campo, es un ejemplo claro que no podremos salir de esas miserias humanas.
Lo mismo sucede con la UE que prohíbe el ingreso de inmigrantes latinoamericanos y otros continentes, mediante leyes que dictan cárcel, a aquellas personas con ansias de emprender nuevos rumbos en esas tierras.
Las guerras económicas desde el norte, impuestas por lo armamentístico, da una imagen del pensamiento contemporáneo. Éstas resultantes vomitivas, nos separan, nos incomunican, éste cáncer mundial nacido del propio no-pensar del hombre, comete el genocidio principal de la raza humana.
Lo mismo sucede con la música que tomó vida cuando el hombre buscaba obtener con distintos objetos, los sonidos de la selva, de la jungla, o el lugar que habitaba. En un momento el sonido, acústico por naturaleza, logró transformarse en corriente eléctrica mediante avances tecnológicos, para luego ser amplificado y ser escuchado a la distancia. Al igual que la pintura primero fue unidimensional (sonido mono), bidimensional (estéreo) y finalmente el tan popular “Sorround” que intenta enviar sonidos desde distintos puntos en un ambiente para dar la sensación de sonido envolvente.
Por más que se insista y se tomé con soberbia distintas posiciones desde la ciencia y tecnología, no es probable que se iguale las características naturales del mundo, desde lo creado por el hombre y la mujer.
La realidad virtual, robots, imágenes tridimensionales y lo mas avanzado en conocimientos tecnológicos apenas sirve como forma de distracción, entretenimiento y ocio para la vida. Las ciencias médicas, desde la biología y microbiología tardarán muchos siglos más para entender el funcionamiento del cuerpo humano, otros seres vivos y distintos organismos.
Esto puede tener un final feliz cuando entremos en razón y tomemos conciencia que no podremos alcanzar la sapiencia de la naturaleza y mucho menos superarla.
Es por eso, quizá, que se hayan tomados caminos paralelos pero adversos a la vez, que crean distintas realidades.
El hombre logró distorsionar el verdadero sentido de lo natural, creando un mundo artificial para distraer a las sociedades del sentido único de la vida. Ésta mitad, el 50% inventado por la mente humana, busca plagiar lo ya inventado, lo conocido.
De la inocente ciencia y tecnología del entretenimiento, nació lo peor del colono pensamiento fundado en la ambición; La economía, como fuente agotadora de fracasos, es el principal enemigo y causa fundante de la realidad física que sufrimos en la actualidad.
Ésta pelea que tiene miles de rounds, pero que por barbarie el hombre disimula y alarga la lucha entre sus contrincantes, tendrá su fin cuando se vuelva a lo natural, a lo esencial. En el ring se verá el último round, cuando dejemos esas ambiciones, para nada naturales, que se adueñaron de la vida.
Ambición, poder, muerte, son sinónimos que convergen en el hombre mediocre y pone ante todo su desinterés en aquello que le dio vida.
Podremos algunas vez dejar de tener cotos territoriales, que diferencien mediante nombres artificiales, al “viejo continente” como la Unión Europea, al “nuevo continente” como América latina y América del Norte, y así sucesivamente con los distintas parcelas continentales que forman el mundo?
Es difícil, será muy complicado, mientras la ignorancia y la ambición y todas las miserias del hombre sigan seduciendo nuestra forma de vida.
Lo que ocurre tan solo en nuestro país con algunos arrendatarios del campo, es un ejemplo claro que no podremos salir de esas miserias humanas.
Lo mismo sucede con la UE que prohíbe el ingreso de inmigrantes latinoamericanos y otros continentes, mediante leyes que dictan cárcel, a aquellas personas con ansias de emprender nuevos rumbos en esas tierras.
Las guerras económicas desde el norte, impuestas por lo armamentístico, da una imagen del pensamiento contemporáneo. Éstas resultantes vomitivas, nos separan, nos incomunican, éste cáncer mundial nacido del propio no-pensar del hombre, comete el genocidio principal de la raza humana.
Martín Suárez