jueves, 29 de mayo de 2008

Hacia el infinito

Uno se siente insignificante ante la magnitud del universo, sencillamente una minúscula y microscópica partícula de materia, algo insignificante ante tal inmensidad.
Recuerdo cuando me contaron la mitológica o bíblica historia de David y Goliat, mi cara de asombro habrá sido muy exagerada, no recuerdo era muy niño, pero me sorprendí mucho con ese relato. Que un hombre de baja estatura derrotara a un gigante, era impensado, que una materia inferior venciera a algo de mayor materia es como algo ilógico.
Eso que tenemos asimilado como fuerza o poder, son pensamientos ilusorios, que el pequeño no derrote al enorme, es un razonamiento que en varios casos da como resultado falso.
Para éste caso no se tiene en cuenta la astucia o inteligencia del pequeño.
En éstos tiempos, la cantidad es poder y astucia al mismo tiempo. Mientras más dinero tenga soy más poderoso, tengo mayor inteligencia sobre otros, soy muy exitoso.
Éste razonamiento equivocado no tiene en cuenta, algunas miserias humanas, la ambición, la codicia, la indigencia y la corrupción, entre otras.
El ser exitoso económicamente, en eras capitalistas, está asociado a por lo menos dos de esas miserias nombradas, la ambición y la corrupción. Uno puede ser una persona adinerada y de buenos ingresos, por trabajar toda una vida, emprender negocios rentables y poner voluntad y esfuerzo a su trabajo, pero digamos que el hombre rico o millonario de la noche a la mañana, o en apenas 2 o 3 años genera demasiadas dudas.
Esa idea ambigua de ser exitoso y poderoso por la cantidad de dinero que uno posea, solo responde a un terreno capitalista.

Pero el capitalismo no solo nos llevó a equivocar razonamientos que únicamente hablan de, cantidad de dinero igual poder (dinero = poder), también es congruente a que el poder se mida en cantidad de personas. Un dirigente es elegido cuando recibe la mayor cantidad de votos. Esto sí está realmente vinculado a ese razonamiento, porque es cierto que un gobernador o presidente solo puede serlo si recibe la mayor cantidad de votos. Pero aquí la primera pregunta: si una manifestación lleva mucha gente al lugar convocado, significa que ése mandatario tiene poder?, digamos que en tiempos no mediáticos ésta pregunta tendría como respuesta un seguro SI, POR SUPUESTO.
La mediatización de las cosas, en éste caso actos políticos, lleva precisamente a hacer un espectáculo del mismo, ya dejó de ser un simple evento popular para convertirse en una gran organización de concurrencia, y no me refiero a que la misma sociedad se organiza para ir a presenciar tal o cual acto, éstos son organizados.
Esos sistemas de organización pueden ser, desde incentivos económicos, a ideales difundidos mediante propaganda publicitaria, o ambos.
Quiero decir con esto, se puede motivar a la gente que vaya a presenciar un acto político dándole dinero, o confundiendo su pensamiento político mediante los medios de comunicación.
Por un lado los mandatarios de solo 4 gremios de trabajadores agrícolas que, según los medios, representan al campo y por el otro, el presidente, en éste caso Presidenta que representa a la mayoría de los Argentinos, dada que fue elegida por el voto popular.

Altura, cantidad, volumen, expresiones que a gran escala dan poder, pero a veces son simplemente números y eso fue lo que se vio en ambos actos políticos del 25 de mayo, personas, números, cantidad, masa, volumen, de espectadores, que incentivados y/o mediaticamente confundidos, concurrieron y gritaban a favor de los mandatarios.
Hace falta aclarar que para éste caso tampoco importa la CANTIDAD de personas que fueron a un acto o al otro, como tampoco importó la altura de Goliat al ser vencido por David?, lo único que atañe, para ambos casos, y desterrando el pensamiento capitalista de éste razonamiento, es lo que está más cercano a lo cualitativo y no a lo cuantitativo, y solo podemos hablar de calidad cuando tenemos propuestas vinculadas a la existencia, a favor de la vida, en contra de la muerte y del hambre, en una palabra en beneficio del hombre.
Martín Suárez

2 comentarios:

Sinisi Renzo dijo...

Me gustó mucha la esencia de lo que escribiste.

Por más que seamos una parte minúscula del universo, somos parte de él, y a la vez somos todo. Yo también a veces me siento insignificante ante la magnitud de almas, cuerpos, materia, etc, pero dentro de uno mismo, uno lo es todo, y al formar parte del universo, también lo es todo.

Más allá del comentario filosófico, quiero pasar a comentarte el tema que hablaste en mayor profundidad... lo del capitalismo y demás cuestiones...

La gente suele decir "la mayoría tiene la razón", y eso, sabemos muy bien que no es así. Si las masas apoyan a los militares, por decirte un ejemplo, sabemos que están muy pero muy equivocados, por más que sean la cantidad que sean.

Sobre la riqueza... este mundo capitalista aplaude la corrupción, lo único que le importa es el dinero y hace de todo un juego macabro e indiferente, donde la indivualidad y el lograr el éxito y el poder se conlleva con la pérdida de los valores humanos más importantes.

Y otra cosa: sabemos además que hoy en día la mediocridad es general, casi nadie piensa por si mismo y se limitan a beber a fondo blanco y sin ninguna importancia lo que dicen los medios (los medios más populares o con más alcance, porque hay medios independientes o de poca difusión muy buenos pero poco conocidos), que están al servicio de los poderosos.

En fin, todo un círculo vicioso...

Y porque miles y miles de personas vayan a apoyar a un gobierno en un lugar, eso no significa que su gestión sea beneficiosa para el pueblo.

Podría seguir y seguir hablando pero creo que dije bastante...

Un abrazo

Unknown dijo...

El problema principal que manifiesta la sociedad son esos numeros que nos representan, fuimos apartados por números, por cantidades, como lo demostras vos en tu escrito. Muy bueno veo que te explayas en muchos temas. Gracias por dejarnos leerte.
Gastón desde Rio 3ro Córdoba.